Es cierto que la utilidad de algo es relativa a la circunstancia en que se encuentre, como planteó Diego en la
entrada anterior. Pero en lo que respecta a pensar, personalmente, creo que es algo absolutamente necesario en la vida. En toda vida que intente ser aprovechada y ejercida plenamente. Por que creo que la vida tiene que ser aprovechada y ejercida plenamente. De ahí la utilidad del pensar en la vida.
Lo que piensas, en cierto modo, define que clase de vida llevas. No creo que la vida sea para malgastarla en carrete, en buscar logros laborales, o en formar lo que comúnmente se conoce por '
familia'. Son más bien metas impuestas. Pero, para mi desgracia, es en lo que la mayoría de la gente enfoca sus pensamientos, eso o en trivialidades vacías, como que Chile va al mundial, mejorar mi currículo, ganar más plata, o los cahuines de la familia, el trabajo o los amigos. Y normalmente se quedan ahí, en eso, en la trivialidad, en lo insustancial. Y cuando alguien, interpela estos pensamientos o ideas, 'cae mal', pues todo el mundo espera que los demás acepten, e incluso aprueben su pensar, sin importar lo que sea.
El hecho es que, en nuestra autocomplaciente sociedad, se cree que solo por el hecho de ser 'yo', mis opiniones son validas y respetables, e incluso intocables, ya que si se objetan o se ponen en duda, se considera una falta de respeto. Así lo único que se logra es mantenernos en los mismos
paradigmas, estancados en el mismo estado mental, sin crecer, sin avanzar.
Algo básico, es que cualquier persona que expone una idea, debe ser lo suficientemente responsable de lo que dice, y aceptar, que habrá quienes no concuerden e intentarán refutarle, entonces, deberá estar dispuesto a defenderla, y en el caso de que no desee hacerlo, no puede evitar que su opinión sea cuestionada.
Comúnmente, el refugio más manoseado ante los cuestionamientos, es el típico "Para mí...", que lo único que hace es decir: "Para mi esto es así, y sea correcto o no, estupidez o no, no importa. Es mi opinión, es válida, es respetable, e irrefutable, y punto.". Pero necesitamos ser contradichos, necesitamos que los demás cuestionen nuestros planteamientos, e intenten derribarlos. Solo así podremos probar, y probarnos, la solidez de estos. Solo así podremos darnos cuenta de si en verdad tiene validez, de si creemos en algo sustancial, y no en simples ideas preconcebidas, solo así podremos hacer lo que una persona 'intelectualmente valiente' haría, aceptar la idea más razonable. Incluso podríamos decir que así crecemos como persona.
La condescendencia solo mantiene el
statu quo, no permite avanzar, el 'caer bien', en estos casos, está sobrevalorado.
Israel Molina