octubre 17, 2011

La Civilización de los Hostiles

De partida el paradigma ese de la sociedad civilizada en contraposición a las sociedades tribales, mostrando a la primera como más avanzada y más segura, hoy en día es una definitiva bosta... si es que no lo ha sido siempre.
Nuestra civilización se compone mayoritariamente de entes hostiles y vivir en ella exige más esfuerzos de los beneficios que otorga; defecando así las principales premisas que inconcientemente llevaron a un par de fulanos en Mesopotamia a armar sus primeros atisbos de civilización, hace una tracalada de años. La unión de fuerzas con un bien común, la protección de los riesgos de la vida salvaje, etc.

Nadie une fuerzas aquí, todos trabajamos para salvar nuestro propio pellejo, si eso ayuda a otro es un resultado colateral, no ponemos pan en la mesa con eso. Incluso muchos irán más allá, pasando a llevar al otro cuando su pellejo se lo exija. Eso mismo es lo que nos quita la seguridad, si cada uno cuida de si mismo y de lo suyo cual es la diferencia con vivir fuera de la civilización? Si hasta el sistema en sí abusa de las personas en primer lugar... en países como el nuestro te cobran más de lo que te pagan por querer estudiar, recuperarte de una enfermedad, comer, cagar o mear. ¿De qué cresta me hablan entonces?

"¿De dónde venimos? ¿Quiénes somos? ¿Adónde vamos?"
por el socio Paul Gauguin
Mis amigos pintores de unos cientos de años pintaban el paraíso con ciudades de oro, puertas gigantes, reyes, etc. Hace unos años don Gauguin se largó a Tahití y nos pintó un edén sin mucha ropa y sin ningún "jugueteo civilizado". Algo cambió ahí, algo se dio vuelta.

Sería fácil decir "me aburrió esta wea, me largo"... sería fácil si no violaran las mentes de millones de cabrochicos ahogándolos en proyectos e ideales pelotudos. Si no exprimieran las mentes de otros cabros con la obligación de tener la mejor nota, la mejor ropa, el mejor cuerpo, el mejor sueldo, auto, casa, tamaño de tetas o qué se yo. Dar la nota más alta es la obligación, y si no, tienes que dar la más baja para ser el anti-héroe anti-sistema. Se pierde el gusto a cantar unos bajos y unos altos cuando se dé la gana, cuando se pueda, cuando sea necesario.

Si te sales, te plantan la caricatura de hippie o ermitaño, y te agarran a palos como a los mapuches o simplemente te privan de cualquier beneficio del avance humano. Como si la ciencia, el saber y la tecnología fueran inventos exclusivos de la civilización. El saber le pertenece al ser humano, da lo mismo cómo, cuándo y dónde se le antoje vivir su miserable vida.

Diego Molina