septiembre 22, 2010

Dia mundial del dia mundial

Hoy era el día mundial sin auto, y al igual que otros muchos días mundiales, como el día de la tierra, el día del libro, de la secretaria, del indígena, de la mujer, del níspero, etc. etc. Se realizaron una serie de actividades bastante mediáticas, y prácticamente inútiles, en pro de dicho tópico a conmemorar o considerar.

El solo hecho de definir un día para recordar algo, nos muestra lo poco que consideramos estos temas, lo alejados que se encuentran de nuestras conciencias, que debemos marcarlos en el calendario, para recordarlos en masa, siendo que se supone son los temas mas urgentes en nuestros tiempos.

Pero a pesar de todo, las actividades realizadas en estos días, cumplen su cometido, servir de bálsamo para nuestras autocomplacientes conciencias, un sobadita de espalda a nuestros, ya poco hinchados egos. Haciéndonos creer que tenemos conciencia social, o medioambiental, según sea la temática del día, con el solo hecho de, una vez al año, apagar la luz una hora, dejar el auto en casa, pensar el los muertos de hambre en otro lado del mundo, pensar en las mujeres golpeadas diariamente en sus casas, en los niños maltratados, en los libros no leídos, en aquellos que esperan un transplante de algún órgano, en los que viven en la esclavitud, en quienes mueren de sida, etc. etc. Si, con tan solo una vez en el año.

foto: Earth Hour Global
Me resulta imposible no recordar, con una mezcla rara de humor y asco, esa gente que enarbola consignas en pro de la tierra, de los beneficios de apagar la luz una hora al año, del daño que se hace al medioambiente con la nueva termoeléctrica, de la disparidad de los sueldos en nuestra sociedad, y luego andan automatizando su casa con electrodomésticos innecesarios, hasta para rascarse el poto, comprando cuanto chiche se ofrece en la tele, para satisfacer necesidades impuestas por la misma tele que te lo vendió, o arreglando la pinta para estar a la altura de circulo social, y lo único que esto logra es enajenar a la persona y alimentar el mismo sistema que tanto se critica.

Probablemente por lo mismo me incomodan los cumpleaños (que técnicamente es el día de uno mismo, no es mundial pero abarca el ‘universo’ personal), pues reflejan la misma actitud. En la oficina viene un montón de gente, que capaz que ni sepan tu nombre, a cantarte y felicitarte. Y se me viene a la cabeza esa historia de cuando te cantan el cumpleaños feliz, y llegando al parte del ‘feliz cumpleaños fulanito’, se miran con cara de ‘¿y como era que se llamaba este wn?’. Si alguien incluso piensa regalarte algo, se ve frente al quebradero de cabeza de intentar averiguar que puede interesarle, gustarle o necesitar el festejado, demostrando lo poco que lo conocemos, lo poco que nos ha interesado.

Pero como todo, ya pasó, ya se salió del empacho, el cumpleaños feliz se cantó, el auto se dejó en casa y se usó el metro, la luz se apagó, se tuvo la conversación de rigor con los amigos, sobre la crueldad de nuestra sociedad, y bla bla bla. En fin, se cumplió con la cuota anual, ahora podemos seguir inmersos en nuestros vicios, abusando de nuestras medianamente privilegiadas situaciones, y descansando en los brazos de la hipocresía, el egoísmo y la insensibilidad.

Israel Molina